Ana Ramírez, LEED AP, WELL AP
Principal, KALĀ Design Group | Cofundadora, Ancestral Handmade Hotels
La arquitecta y emprendedora Ana Ramírez analiza la evolución del concepto de bienestar en la hotelería de lujo. Fundadora de KALĀ Design Group y Ancestral Handmade Hotels, Ramírez se ha consolidado como una de las voces más influyentes en diseño regenerativo y arquitectura del bienestar. Con una trayectoria internacional que incluye proyectos para marcas como Ritz-Carlton Reserve, St. Regis y Waldorf Astoria, ofrece una retrospectiva de los cambios más relevantes desde la última edición de Piscina Barcelona 2023 en la que participó, y anticipa las tendencias que marcarán el futuro del wellness hospitality hacia 2030, donde sostenibilidad, neuroarquitectura y conexión espiritual con el entorno se entrelazan para transformar la experiencia del viajero.
Desde 2023 hasta hoy, el mercado del wellness ha experimentado una profunda transformación. ¿Qué cambios consideras más relevantes en la forma en que los viajeros entienden el bienestar y cómo se reflejan en el diseño y la operación de los hoteles?
Desde 2023 hemos asistido a una transformación profunda: el bienestar ha dejado de ser una indulgencia personal para convertirse en una necesidad colectiva. Hoy el viajero busca espacios que regulen su sistema nervioso, le reconecten con la naturaleza y le hagan sentir parte de un todo. El concepto wellness se ha ampliado: ya no se centra únicamente en el cuerpo, sino que abarca mente, emociones y entorno.
En diseño, esto se traduce en arquitectura sensorial y consciente: luz natural que acompasa los ritmos circadianos, materiales que respiran, sonidos que calman y espacios que invitan a la pausa. Los hoteles más visionarios están evolucionando de ofrecer tratamientos aislados a crear ecosistemas vivos, donde cada elemento —desde el paisaje hasta la narrativa cultural— contribuye al bienestar del huésped y del lugar.
En nuestra anterior conversación, en la edición del salón de 2023, destacabas la importancia de conectar el lujo con la autenticidad y las raíces culturales. ¿Cómo ha evolucionado esa idea de lujo ancestral y regenerativo en estos últimos años?
El lujo contemporáneo ha dejado de medirse por la abundancia material y ahora se define por la profundidad de la experiencia y el nivel de conciencia que despierta. Lo ancestral ya no es un detalle exótico: es la manera de entender el lujo desde el alma del lugar.
Hoy el viajero busca autenticidad: quiere sentir la historia de la tierra, saborear ingredientes locales, reconocer las manos detrás de cada objeto y conectar emocionalmente con lo que le rodea. El lujo regenerativo ha dejado de ser un diferenciador para convertirse en el nuevo punto de partida. Para mí, el verdadero lujo ocurre cuando el espacio te transforma sutilmente, cuando sales más en calma, más consciente y más conectado.
En 2023 mencionabas la innovación continua como un reto para el sector. Hoy, con la irrupción de nuevas tecnologías —IA, biometría, wellness digital, entre otras—, ¿cómo se reinterpreta la innovación en los espacios de bienestar? ¿Dónde sitúas el equilibrio entre tecnología y espiritualidad?
Estamos entrando en una etapa donde la verdadera innovación consiste en crear espacios que despierten emociones y vibren en armonía, porque ahí es donde la arquitectura se convierte en experiencia. La tecnología es una gran aliada cuando amplifica la vivencia humana, no cuando la sustituye.
El bienestar del futuro será híbrido: apoyado en datos, pero guiado por la inteligencia espiritual del lugar. En mis proyectos, la tecnología se integra de forma silenciosa para personalizar, medir o acompañar, mientras que el alma del espacio sigue siendo análoga: el sonido del agua, el tacto de la arcilla, la luz natural o el silencio compartido.
Hoy la innovación no consiste en añadir más dispositivos, sino en recuperar la capacidad de asombro y diseñar lugares donde la presencia sea el verdadero lujo.
El diseño biofílico y los sistemas sostenibles siguen ganando protagonismo, pero ahora se habla también de espacios neuroarquitectónicos o de impacto emocional. ¿Estás explorando estas nuevas corrientes en tus proyectos? ¿Cómo se traducen en la experiencia sensorial del huésped?
Sí, absolutamente. Desde ANA y KALĀ Design Groups, nuestros estudios hermanos, integramos la neuroarquitectura y la neuroestética como herramientas esenciales de bienestar. Diseñamos espacios que dialogan con el cuerpo y la mente: proporciones que inducen calma, acústicas que relajan, colores que favorecen la presencia y luz que sincroniza el reloj biológico.
Estamos investigando cómo la resonancia arquitectónica y las estructuras geométricas armónicas influyen en la regulación emocional, incorporando terapias de sonido, arte y neurociencia para generar estados medibles de calma, conexión y expansión mental. El objetivo es que cada espacio se convierta en una experiencia sensorial completa, donde el huésped no solo se aloje, sino que se transforme.
Desde tu posición como líder latinoamericana con proyección global, ¿qué papel crees que está jugando Latinoamérica en la redefinición del wellness internacional? ¿Qué tendencias o enfoques destacarías desde la región?
Latinoamérica está aportando al mundo la dimensión espiritual del bienestar. En un momento en que la industria global busca métricas y protocolos, nuestra región recuerda que el bienestar también nace del vínculo con la tierra, con la comunidad y con la memoria ancestral.
Estamos viendo un renacer del bienestar con alma: desde los rituales de cacao hasta los baños termales, los tejidos, la música y la medicina natural. Aquí el wellness no es un producto, es un modo de vida transmitido de generación en generación.
El turismo regenerativo se presenta como una vía directa para fortalecer la resiliencia de los destinos, y Latinoamérica tiene todos los ingredientes para liderar este cambio. Nuestra biodiversidad, riqueza cultural y sabiduría ancestral brindan un marco perfecto para la creación de destinos regenerativos que no solo restauran la salud del individuo, sino también la del entorno natural y las comunidades locales.
Lo más hermoso es que esta sabiduría se está integrando con la ciencia moderna, nutrición, neurociencia y longevidad, creando un lenguaje nuevo y profundamente humano.
Finalmente, ¿qué temas o tendencias crees que marcarán el futuro del wellness hospitality de aquí a 2030? ¿Qué desafíos y oportunidades anticipas para quienes diseñan los espacios donde el bienestar y la regeneración se encuentran?
Hacia 2030 veremos una convergencia entre longevidad, neurociencia y regeneración. Los hoteles evolucionarán hacia espacios que promuevan el bienestar integral, diseñados para equilibrar la biología humana con el entorno natural.
El desafío será mantener la autenticidad frente a la automatización, y el gran valor diferencial lo tendrán los proyectos con alma y coherencia. La oportunidad estará en crear lugares que despierten experiencias emocionales mientras hospedan: que regeneren el entorno, y promuevan una longevidad humana y planetaria.
Considero que el futuro de la hotelería es emocional y vibracional. Pasaremos de crear resorts de consumo a diseñar santuarios de conexión: espacios que regulen nuestro sistema nervioso, regeneren nuestros ecosistemas y despierten nuestra memoria colectiva.
¿Cómo definirías en una frase tu experiencia en Piscina Barcelona?
Una experiencia enriquecedora que reafirma el papel transformador del agua en la arquitectura del bienestar y nuestra responsabilidad creativa de innovar en su uso consciente.
Cristina Benavides
Colaboradora de Piscina Barcelona 2025