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    Jennifer Findlay, fundadora y CEO de Core Essence Inc.

    En una industria hotelera que apuesta por la sostenibilidad y el bienestar, el diseño emerge como el gran aliado para redefinir la experiencia del huésped. Jennifer Findlay, fundadora y CEO de la firma canadiense Core Essence Inc., visibiliza esta transformación con espacios que combinan propósito, belleza y regeneración. Su visión será protagonista en el VII Encuentro Empresarial Internacional Hospitality Design & Wellness, en el marco del Salón Piscina Barcelona 2025, donde compartirá cómo construir entornos más humanos y conscientes.

    • ¿Cómo ha evolucionado tu visión del bienestar a lo largo de los años y qué papel juega el diseño en esa transformación hoy en día?

    Por un lado, mi visión del bienestar sigue siendo la misma: se ilumina y se fortalece cuando estamos presentes, tenemos un propósito y contamos con apoyo en el lugar y el momento adecuados. Creo firmemente en la simplicidad: en instalaciones, programas y experiencias concebidos con una prioridad y una intención claras. Esto no implica que el proceso de desarrollo o diseño sea fácil, pero el resultado final debe ser fluido y coherente para inversores, propietarios, operadores y consumidores. Esa ha sido siempre mi visión de la salud integral.

    Actualmente, están floreciendo diversos subsectores dentro de la amplia industria del bienestar, lo que representa una oportunidad emocionante para desarrollar conceptos e instalaciones dinámicas y multifacéticas. Nos encontramos en medio de una crisis de salud pública y mental, y este es un momento crucial para nuestro sector. Como profesionales, tenemos ante nosotros una gran responsabilidad, pero también una oportunidad única.

    El diseño es esencial: crea el ecosistema que posibilita y hace inolvidable la experiencia. Abarca todos los elementos sensoriales que nos rodean y puede anclar profundamente a los huéspedes en el espacio y el tiempo. Su influencia, tanto en el plano físico como en el emocional, puede sostener nuestro crecimiento y evolución. No debemos subestimar su poder transformador.

    • El concepto de diseño de bienestar va mucho más allá del spa o la piscina. ¿Cómo abordas la integración del bienestar en la arquitectura y la atmósfera general de un hotel o resort?

    Nuestro enfoque reconoce que el diseño del bienestar se manifiesta tanto en lo visible como en lo invisible. Puede ser intencionado y literal: un spa impresionante, una piscina acogedora, iluminación circadiana, materiales naturales, entre otros elementos. Pero también se expresa en lo que no se ve: el tratamiento del agua, la pureza del aire o el confort acústico.

    El bienestar se percibe en la integración intencionada de los entornos interiores y naturales, en la transición fluida entre espacios funcionales y experienciales. Incluye también una arquitectura y unos espacios públicos vibrantes que promueven la interacción y fortalecen el sentido de comunidad. Cada detalle cuenta para crear experiencias que conecten a las personas con el entorno y entre sí.

    • ¿Qué tendencias clave observas en la forma en que los grandes grupos hoteleros incorporan el bienestar en sus estrategias de marca y experiencia del cliente?

    Históricamente, el bienestar y los spas se concebían como instalaciones aisladas, tratadas como servicios independientes dentro de los hoteles. En cambio, el enfoque actual se basa en la integración armoniosa de entornos, donde el bienestar se convierte en una experiencia transversal que impregna toda la propuesta del establecimiento.

    En Core Essence creemos que todo parte de un sistema de valores: una definición clara de lo que el bienestar representa para la marca, la organización, su equipo humano y, en última instancia, para aquello por lo que desean ser reconocidos y recordados. Sin un posicionamiento estratégico, cualquier nuevo proyecto o renovación corre el riesgo de resultar plano, tanto en términos financieros como en la experiencia que ofrece. La claridad conceptual es esencial, y las decisiones sobre tamaño y escala deben basarse en hechos y datos concretos, no en intuiciones.

    En América, esta visión comienza a consolidarse: se comprende que más grande no significa necesariamente mejor. Además, el bienestar no es reactivo, es una propuesta proactiva. Estamos en las primeras fases de un auge global del movimiento de la longevidad que, en mi opinión, va a sacudir la industria hotelera y catalizará una nueva etapa de gran innovación en el sector.

    • Desde la perspectiva de la experiencia del huésped, ¿qué elementos consideras esenciales para crear espacios que realmente fomenten la conexión emocional y una profunda sensación de bienestar?

    Hay muchos, pero entre los esenciales destacan la distribución del espacio, la iluminación, los materiales, la acústica, la presencia de luz natural, la calidad del aire y del agua, y la capacidad del entorno para invitar al descubrimiento y al aprendizaje.

    • ¿Los diseñadores y operadores hoteleros cómo pueden equilibrar la búsqueda del lujo y el confort con el respeto por el entorno natural y los recursos?

    El sector debe ir más allá del diseño sostenible para avanzar hacia modelos regenerativos. No se trata solo de reducir el impacto ambiental, sino de crear sistemas que contribuyan activamente a la regeneración de los recursos naturales. Esto implica repensar el uso de la energía y el agua, la elección de materiales y los sistemas operativos, con una visión alineada con los principios de la economía circular. Ejemplos concretos de esta transformación incluyen la reutilización del agua y la adopción de fuentes de energía renovable.

    • El diseño multisensorial, la tecnología y los datos están transformando la industria. ¿Qué papel crees que desempeñarán las herramientas digitales y las tecnologías inteligentes en el futuro de la hospitalidad de bienestar?

    Como todos sabemos, este es un tema complejo. El reto está en encontrar el equilibrio entre las soluciones tecnológicas y las experiencias centradas en las personas. Los consumidores valoran la eficacia, pero también la autenticidad. Aunque el mercado ha visto un crecimiento notable en dispositivos y tecnologías aplicadas al spa y el bienestar, no todas cumplen sus promesas. Me preocupa recomendar, respaldar o especificar tecnologías que no tengan un plan de innovación o evolución. Por eso, es fundamental contar con socios tecnológicos fiables, con visión de futuro y capacidad de evolución. En cualquier caso, estoy convencida de que nada sustituirá el poder de la conexión y el contacto humano.

    • Has trabajado en proyectos en diversas culturas y geografías. ¿Qué has aprendido sobre cómo difieren las expectativas de bienestar según el contexto cultural o regional?

    Como es evidente, no existe una definición única de bienestar. Hay muchos factores que influyen en cómo cada persona define el bienestar. La única conversación difícil es la que llega al final del desarrollo o del proyecto, cuando el cliente o consumidor dice: “Esto no es lo que quería, esto no es culturalmente apropiado, esto no refleja el lugar”. Las conversaciones deben ocurrir al principio. Y, paradójicamente, en mi experiencia, esta suele ser la fase del proyecto que se omite o se pasa por alto. No se puede diseñar solo una instalación estéticamente hermosa y esperar que funcione. Ese no es el secreto del éxito duradero.

    • Mirando al futuro, ¿cómo imaginas los espacios de bienestar dentro de diez años? ¿Qué valores o innovaciones crees que definirán la próxima generación de hoteles centrados en el bienestar?

    Espero que nuestro equipo en Core Essence desempeñe un pequeño papel en apoyar la evolución de la industria y en ofrecer experiencias que lleguen a un público mucho más amplio de manera profunda e impactante. Dentro de diez años, espero que los espacios de bienestar dejen de ser lugares aislados o destinos en sí mismos y que el concepto de bienestar esté en todas partes.

    Cristina Benavides
    Colaboradora de Piscina Barcelona 2025

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